REDES- Revista hispana para el análisis de redes sociales
Vol. 21, #12, Diciembre 2011
http://revista-redes.rediris.es
Jóvenes vulnerables a la entrada del mercado de trabajo: visualización de ego-redes en Talleres Prelaborales de la Zona Norte de Sevilla
Rosario Izquierdo Chaparro- Servicio de Desarrollo Local de la Delegación de Economía y Empleo del Ayuntamiento de Sevilla [1], España
Resumen
Este artículo explora algunas posibilidades de la visualización de redes egocéntricas como herramienta metodológica para realizar entrevistas cualitativas y para la evaluación de programas de Formación y Empleo. Se describe un estudio de casos de adolescentes en riesgo de exclusión que han iniciado su transición hacia el primer empleo en un recurso de formación y empleo del Ayuntamiento de Sevilla: los Talleres Prelaborales de la zona norte. La visualización se revela como una técnica metodológica capaz de aportar abundante información cualitativa sobre sus pautas relacionales y sus actitudes ante el empleo, además de reforzar las habilidades adquiridas en los Talleres. A partir de la percepción que los y las jóvenes tienen de sus redes egocéntricas, se refuerzan aspectos cognitivos que potencian su desarrollo personal, revelándose la utilidad del ARS para una mejor comprensión y una potenciación de las transiciones hacia un mercado de trabajo que presenta un fuerte cierre social ante este colectivo vulnerable.
Palabras clave: Visualización de redes egocéntricas, exclusión social, vulnerabilidad relacional, evaluación de programas, perspectiva de género.
Abstract
Personal network visualization appears as an effective method to carry out qualitative interviews and also is proper to evaluate training and employment programs. This is the main argument of this paper that describes a case study focused on female and male teenagers in risk of social exclusion, when they are making the transition to the first job (in an employment resource organized by the City Council).
Visualization offers a lot of qualitative information about teenagers` relationships, their attitudes to employment, and also is a good way to reaffirm personal abilities acquired in Pre-labour Workshops.
The cognitive dimensions for personal development are improved by their own perceptions of personal networks. Social Network Analysis reveals its utility for understanding and bettering the transition to the labour market, which presents a strong social closure for this especially vulnerable young people.
Key words: Personal network visualization, social exclusion, relational vulnerability, employment programs evaluation, gender perspective
1. Introducción
El estudio de AESIM[2] titulado Las mujeres de la zona norte. Exclusión social y género en el norte de Sevilla (Izquierdo Chaparro, 2006) mostró ciertas pautas psicosociales que dominaban las relaciones entre hombres y mujeres, resaltando el género como un elemento que, unido a las variables propias de la exclusión social, marcaba claras diferencias en las actitudes que mujeres y hombres presentaban ante el empleo y la formación. Podían apreciarse diferencias entre ambos sexos que venían marcadas por los estereotipos de género y situaban a las mujeres en una posición más desfavorable que a los varones, en general, frente a variables como el empleo, la salud, la educación reglada, la tendencia al asociacionismo y el reparto del tiempo en el trabajo reproductivo (dentro del hogar), entre otras.
Una de las tendencias que reveló el análisis fue una manera peculiar de establecer relaciones sociales en una población que asume su propia estigmatización manifestando baja autoestima, resistencia a salir del barrio y a relacionarse con personas de fuera (y por tanto a acceder a recursos formativos y laborales que se encuentran “más allá de las fronteras”), a la vez que actitudes de identificación negativa con su barriada (sobre todo en Polígono Norte y el asentamiento chabolista de El Vacie). Si bien esto era así para ambos sexos, se acentuaba más en las mujeres, que además de dichas limitaciones en el acceso a recursos contaban con la amenaza de un mayor control social ejercido por la familia y por sus propias parejas desde la adolescencia, el cual interfería en la continuación de sus trayectorias educativas y/o formativas (truncadas muchas veces por exigencias familiares ajenas a la voluntad o a la libre decisión de las chicas), determinando un concepto negativo de sí mismas que las incapacitaba para proyectarse en el futuro como mujeres capaces de acceder a un empleo.
El tejido de relaciones sociales en que están inmersos los chicos y chicas que sufren riesgo o situaciones de exclusión social se manifestó entonces como un obstáculo que dificultaba su integración social, quedando así de manifiesto la importancia de la dimensión relacional en estas realidades de exclusión. De ahí la conveniencia de aplicar, como continuación del trabajo anterior, el Análisis de Redes Sociales (ARS) en su dimensión de redes personales. Diseñamos para ello un estudio de casos que utiliza la visualización de redes como fuente primaria de información.
Nos fijamos los siguientes objetivos: conocer las pautas relacionales de este grupo de adolescentes, los canales utilizados para el acceso al Taller y hasta qué punto la territorialización, los elementos de estigma y el abandono prematuro de la educación reglada condicionan la composición de las ego-redes, capaces de ilustrar sus debilidades ante la inserción laboral y la integración social.
Valoramos la percepción que cada joven tiene de su propia red personal, dejando que a través de la visualización expresen los cambios que están experimentando en este camino formativo, las resistencias que deben vencer en su transición hacia el empleo, sus actitudes y expectativas, sus proyecciones de futuro. Pretendemos describir los efectos que la aplicación de esta metodología tiene sobre jóvenes en riesgo de exclusión inmersos en una transición ecológica hacia el empleo.
Todo ello facilita, además, una evaluación externa del Programa de Talleres Prelaborales, realizada con la valiosa participación y desde el punto de vista de las personas usuarias, quienes durante este camino metodológico reflexionan sobre todas esas cuestiones, adquiriendo consciencia de ellas y fortaleciendo sus capacidades cognitivas.
2. A las puertas del mercado de trabajo: venciendo la resistencia del cierre social
La Teoría de redes y la Teoría Ecológica proporcionan un apoyo teórico para comprender el universo relacional de este grupo de adolescentes de entre 16 y 19 años que ha abandonado el sistema educativo sin conseguir la titulación de la Educación Secundaria Obligatoria: jóvenes que no han trabajado aún y se sitúan “a la entrada del mercado de trabajo” (Requena, 1991).
El concepto de “vulnerabilidad relacional”, entendido como “aquella situación generada por la ausencia o debilidad de los vínculos de inserción comunitaria” (Bonet i Martí, J. 2006) es útil para abordar las relaciones personales y el sentido de comunidad que tienen los y las jóvenes en riesgo de exclusión social, en tanto que sirve para explicar otras muchas vulnerabilidades que frenan su desarrollo.
El mercado de trabajo ofrece un fuerte blindaje o cierre social, concepto weberiano recordado por Requena como “el proceso mediante el cual las actividades sociales buscan ampliar al máximo sus recompensas, limitando el acceso a los recursos y oportunidades a un número restringido de candidatos”. En un mercado de trabajo estratificado, donde el ajuste entre la oferta y la demanda, lejos de ser automático, supone altos costes de tiempo, comunicación, información, etc., y “las redes sociales constituyen el más poderoso filtro selectivo de la movilidad y asignación ocupacionales” (Requena, 1991), la vulnerabilidad relacional supone un freno a las posibilidades de acceso. Cabe preguntarse de qué manera las transiciones personales propiciadas por los Talleres Prelaborales pueden “ablandar” esa resistencia del cierre social. La Teoría Ecológica (Bronfenbrenner, 1987)[3], responde a esta cuestión al explicar cómo, al entrar en entornos nuevos, las personas en desarrollo (entendido éste como un proceso de socialización permanente, que acompaña al ser humano a lo largo de la vida) participan de nuevos roles, actividades y patrones de interrelación, siendo esa diversidad a que son expuestas una de las condiciones que más activamente contribuye al desarrollo personal, y potencia sus fortalezas para el acceso al mercado de trabajo.
La perspectiva ecológica es dinámica, concibe al individuo como ser activo y en constante proceso de desarrollo (un “desarrollo dentro de un contexto” que no olvida los ambientes ecológicos varios), inmerso en una serie de sistemas que ofrecerían una estructura concéntrica (desde dentro afuera: micro, meso, exo y macrosistema) cuyos ambientes inciden en la conducta individual pudiendo ser, a la vez, influenciados y cambiados por ella. Los entornos, en los que participan de manera directa los individuos en desarrollo, forman parte del microsistema y del mesosistema: es en estos niveles (familia, escuela, barrio, taller, trabajo) donde la persona teje sus relaciones personales y va trazando el mapa que el ARS nos ayudar a dibujar, a la vez que permite poner el acento en la interrelación entre actores.
La fuerza que el barrio demostró tener en nuestro estudio anterior, como entorno que limita (y en muchos casos, delimita) los movimientos y horizontes vitales de las chicas y chicos en riesgo de exclusión, condiciona la estructura de sus lazos afectivos, su sentido de la comunidad y su identidad social.
Partimos de una serie de elementos comunes a estos jóvenes que dibujan un perfil genérico y por sí mismos explican, según Valenciano, la “necesidad de lo prelaboral”:
• Fracaso en el sistema educativo reglado.
• Desarrollo de conductas negativas hacia aprendizajes formalizados.
• Autoconcepto negativo para aprender.
• Inmadurez para construir alternativas vitales positivas.
• Desconocimiento de los servicios de apoyo para el acceso al empleo.
• Falta de autonomía para desenvolverse socialmente en espacios más
amplios que la familia, el grupo de iguales o el barrio.
• Falta de apoyo y miedo al fracaso ante demandas de nuevos entornos.
• Desconfianza ante los recursos sociales.
• Códigos restringido para el análisis de su situación, la de otros o de acontecimientos del presente.
• Rigidez en los roles de género (Valenciano, 2006).
Desde un punto de vista ecológico son los significados subjetivos los verdaderamente decisivos en los procesos de desarrollo que vive cada persona, independientemente de las características objetivas de los entornos, por lo que es conveniente enfocar las transiciones juveniles atendiendo a la intersubjetividad y a los “contextos informales de aprendizaje” (Maya Jariego, Armitage y Munduate, 2007).
Los gráficos de redes personales de los alumnos y alumnas que asisten a los Talleres Prelaborales nos permiten detectar de qué entornos reciben más o menos apoyo y en cuáles centran más su atención y sus afectos, lo que nos facilita un conocimiento más profundo de sus necesidades y de su potencial.
Pretendemos encontrar respuesta a algunas cuestiones: de qué manera el Taller está propiciando procesos de desarrollo personal que refuercen las capacidades de los sujetos para vencer el cierre social, y cuál es el tipo de vulnerabilidad relacional del que parten. ¿Está propiciando el Taller una mayor heterogeneidad en ego-redes hasta entonces homogéneas y dominadas por lazos fuertes (formas bonding)? ¿Pueden las nuevas formas bridging realizar funciones de puente para la entrada en el mercado de trabajo?
Unido a lo anterior, realizamos un “análisis de los lazos que se tejen en los barrios urbanos” (como indica Requena, una de las posibilidades que ofrece el ARS en su variante de redes personales), para profundizar en nuestro conocimiento de este colectivo, sin olvidar desde el inicio del proceso la perspectiva de género, pues somos conscientes de la presencia de los fuertes estereotipos y mandatos de género que operan en la zona, así como de su poder para condicionar las actitudes de mujeres y hombres frente al empleo y la formación.
3. Metodología
El diseño muestral está determinado en primer lugar por un criterio de territorialidad, como se ha explicado en la introducción, siendo elegidos los Talleres Prelaborales de la Zona Norte por tratarse de la zona de actuación de AESIM. Los Talleres Prelaborales están diseñados para jóvenes de ambos sexos de entre 16 y 19 años, y en la Zona Norte constan de tres módulos: Fontanería, Pintura y Pastelería. La muestra es representativa no sólo de los perfiles que presenta el colectivo en la zona sino además en toda la ciudad de Sevilla. Nuestro conocimiento sobre la población usuaria de este recurso específico, en base a la experiencia y a estudios previamente realizados (Valenciano, 2006), confirma la existencia de realidades comunes de desestructuración familiar, niveles educativos y de habilidades sociales, etc., que trascienden las diferencias territoriales así como aquéllas que pudieran venir dadas por los tipos de módulos elegidos. Dicha elección está condicionada sobre todo por estereotipos que dirigen a las chicas hacia módulos de oficios propios de sectores feminizados y las mantienen apartadas de profesiones masculinizadas. Por ello, para encontrar el equilibrio de sexos en la muestra, elegimos el módulo de Pastelería (mayoritariamente femenino) y el de Pintura (compuesto sólo por chicos, como el de Fontanería), ambos al completo por entender que encierran una heterogeneidad en cuanto a situaciones familiares y actitudes ante el empleo suficientemente descriptiva del colectivo en la zona. Las conversaciones informales llevadas a cabo previamente con el equipo técnico nos permitieron tener en cuenta esta heterogeneidad. El tiempo de realización del estudio fue más largo de lo estimado en la agenda inicial, por verse sujeto a imprevistos de diversa naturaleza.
Total de la muestra: 7 mujeres y 9 hombres.
Período temporal: 6 meses (año 2007).
El primer paso ha sido la elaboración y aplicación de un cuestionario dividido en los siguientes bloques: 1- Redes personales y apoyo social. 2- Situación familiar. 3- Sentido de la comunidad. 4- Acceso al empleo.[4]
Para las preguntas generadoras de nombres del primer bloque, utilizamos una escala de 4 preguntas basándonos en las siguientes categorías citadas por Requena (1991): Relaciones sentimentales, instrumentales, de comunicación y de confianza. Las respuestas a estas preguntas nos dan el núcleo de personas proveedoras de apoyo de cada ego: sus lazos fuertes. Se establece un máximo de 15 personas proveedoras de apoyo. Los proveedores de apoyo constituyen el “núcleo duro” de las relaciones personales (Araya y Maya Jariego, 2005), cuya intensidad medimos mediante la multiplicidad de apoyo. Tras obtener esta primera lista de 15 nombres o menos, intentamos aumentarla hasta 25 nombres con la siguiente pregunta: “Vamos a repetir los nombres de la pregunta anterior y completar hasta 25 sumando otras personas menos conocidas, compañeros/as de curso o cualquier persona con quien hayas tenido contacto el último mes, ya sea cara a cara, por teléfono o por otros medios”. Al responder a esta cuestión, ego va desvelando los nombres de los lazos débiles.
Se establecen para cada una de las 25 personas de la lista (cuyas edades quedan recogidas), las siguientes variables atributivas (que luego son representadas mediante color, forma y tamaño del nodo)
- Residencia (categorías: mismo barrio, barrio de zona, barrio resto de Sevilla, otra ciudad).
- Tipo de relación (categorías: pariente, amigo/a, conocido/a, vecino/a, otro).
- Multiplicidad de apoyo (de 0 a 4, según la intensidad de apoyo percibida).
Por último elaboramos una matriz simétrica con los 25 alteri obtenidos, que indica “quién conoce a quien” y en qué grado, mediante la pregunta: Ahora me gustaría saber si las personas que has mencionado se conocen entre sí mucho, poco o nada. (Se conocen mucho (2), se conocen (1) o no se conocen (0)).
Aplicamos el cuestionario de forma individual, en un aula aparte de los módulos de oficios (tiempo medio de duración: entre 60 y 90 minutos). Una vez obtenidos los gráficos de redes egocéntricas mediante Netdraw (Ucinet 6)[5], volvimos a los Talleres Prelaborales y nos reunimos individualmente de nuevo con cada joven, aprovechando la visualización para realizar entrevistas abiertas en profundidad (recogidas con grabadoras y luego transcritas).
Hemos centrado nuestro interés de manera especial en las representaciones gráficas de las redes egocéntricas partiendo de algunas conclusiones de Maya Jariego y Holgado (2005), que señalan las posibilidades de la visualización y el potencial que poseen las representaciones gráficas para “comunicar las propiedades estructurales de las redes sociales, (…), obtener nueva información (el feedback gráfico genera reacciones y comportamientos susceptibles de análisis), (…) y llevar a cabo un análisis de contenido”.
Elegimos a continuación algunos casos que son significativos y representativos de los diversos perfiles presentes en la muestra.
4. Los jóvenes ante sus redes egocéntricas. Análisis de casos
He aquí un grupo de adolescentes con escasas habilidades sociales, que son o han sido consumidores habituales de drogas y en algunos casos (sobre todo los chicos) tienen causas pendientes con la justicia: personas con escasa conciencia crítica ante su entorno, en las cuales la reflexión acerca de sus formas de vida es poco habitual y ha sido potenciada por esta metodología. Proceden de entornos familiares desestructurados, en los que la educación apenas se valora y los apoyos son escasos, cuando no inexistentes. Estas alumnas y alumnos de los módulos de Pastelería y Pintura han tenido la paciencia y la generosidad de contestar a nuestras preguntas sobre sus redes personales, de pararse a reflexionar sobre las relaciones que establecen con las personas que les rodean y con los barrios en que viven, y nos han contado cómo la experiencia de los Talleres está ampliando sus horizontes vitales y transformando su manera de entender el mundo.
Con idea de preservar el anonimato, hemos utilizado los epígrafes Ego 1, Ego 2 y sucesivos para nombrar a los informantes. Los lazos indican quién conoce a quién.
4.1 Casos de chicas. Más allá del barrio
Figura 1. Ego 2- Varios mundos más allá
BARRIO: rojo, barrio propio/verde, barrio de zona / amarillo, resto de Sevilla / azul, otro municipio.
RELACIÓN: círculo, amigos/as / triángulo, familia / rombo, conocidos/as / cuadrado, vecinos/as.
MULTIPLICIDAD: en una escala de 0 a 4, distintos tamaños en los nodos.
Ego 2. 18 años. Vecina de Hermano Pablo, la calle más conflictiva de Polígono Norte, donde hay continuas reyertas y es visible la venta de droga a todas horas. Convive con su padre (separado), su madre (soltera), hermano y hermana. Se declara muy insatisfecha de vivir en su barrio, del que desea salir. Aunque su mapa no es estrictamente bicolor (hay nodos azules de dos primos y una amiga que viven en pueblos de Sevilla), los nodos más numerosos e influyentes son verdes, mientras que los rojos se concentran en familiares, que muestran un apoyo débil. Entre estos familiares no quiso citar al padre, aunque aparece la madre (Isabel), abuela, abuelo y hermano, siendo su hermana de 14 años, Desiré, la mayor proveedora de apoyo del entorno familiar. El núcleo de iguales, donde ella encuentra el apoyo sentimental, material y de confianza, es de otra barriada de la zona, Villegas, que aunque está lindando con Polígono Norte es percibida por esta chica como un sitio diferente y más agradable. Este caso nos hace recordar una afirmación que aparecía en nuestro trabajo anterior al describir las barriadas colindantes con Polígono Norte: “varias calles más allá que parecen varios mundos más allá”. Pues bien: Ego 2 decidió a los 12 años buscar esos otros mundos que estaban a la vuelta de la esquina, y esa “huída” consciente sin duda ha determinado la actual composición de su red. Desde niña vive el entorno del barrio, y en concreto su calle, donde su madre la obliga a estar, como un sitio extremadamente hostil, hasta que a los doce años toma la decisión de explorar nuevos entornos, y ahora, seis años más tarde, la red personal que ha ido forjando desde entonces (siempre con la mirada puesta un poco más allá de la frontera) consigue apartarla de la calle Hermano Pablo, canalizando su tiempo y sus afectos hacia esos otros mundo vecinos al suyo. Rafael, su novio, ocupa el lugar central, siendo percibido como máximo apoyo. Rocío, uno de los nodos verdes con alta multiplicidad, fue nombrada por ella como familiar, cuando en realidad es la madre de su novio: una “suegra” por la que parece sentir más afecto y confianza de la que siente por su propia madre. La tendencia a pasar el tiempo y compartir la intimidad con las familias de los novios antes que con las propias es una característica propia de la cultura gitana (Gamella, 2000). En este estudio ninguna de las chicas entrevistadas es de etnia gitana, pero viven en barrios donde las costumbres gitanas tienen mucha fuerza por la gran proporción entre sus habitantes de personas pertenecientes a esta minoría étnica, y a ello se une el hecho del escaso apoyo que reciben en el seno de sus familias, esa debilidad en las redes o lazos de apoyo familiar que constituye una de las manifestaciones de la vulnerabilidad relacional, y a la que estas chicas responden buscando en nuevos entornos el afecto del que carecen en los propios. Aclaramos que la madre y la suegra tienen 39 y 38 años respectivamente, es decir, cumplen esa otra constante “biográfica” de las mujeres de la zona: han sido madres muy jóvenes, con escasa formación, actitudes inmaduras en la educación de las hijas e hijos, y pronto se ven desempeñando roles de suegras y de madres de adolescentes. Los rombos que aparecen en el gráfico de Ego 2 son compañeros y compañeras del Taller Prelaboral, que a esta chica le ha ayudado a diversificar su red, pues necesitó mencionarlos para completar la lista de 25 alteri que le pedíamos, lo que nos da idea de la limitación de sus lazos antes de entrar en este recurso formativo. Terminamos buscando los nodos de su red personal que pueden motivarla para el empleo, y descubrimos que el entorno familiar no es precisamente un modelo a seguir:
Ego 2- Hay algunos que estudian, otros que no hacen nada, otros que están trabajando. Por ejemplo (señalando en el mapa) Daniel, José Miguel, Esther… Trabajan. Después Mayka, Beatriz y Mónica hacen el curso conmigo, y después mi hermana estudia. Mi abuelo no trabaja, mi hermano trabaja pero no trabaja: trabaja un día y descansa una semana (risas). De mi familia no trabaja ninguno, nada más que mi primo.
En cuanto a la valoración del curso, Ego 2 resalta la adquisición de “habilidades sociales”, utilizando ese término técnico que muchas de ellas adoptan de sus docentes. Ego 2 ha completado su inserción laboral, y actualmente trabaja contratada como pastelera.
Figura 2. Ego 3- La red del príncipe azul
BARRIO: rojo, barrio propio/verde, barrio de zona/amarillo, resto de Sevilla/azul, otro municipio.
RELACIÓN: círculo, amigos/as / triángulo, familia / rombo, conocidos/as / cuadrado, vecinos/as.
MULTIPLICIDAD: en una escala de 0 a 4, distintos tamaños en los nodos.
Ego 3. 17 años. Vecina de Los Príncipes (barriada colindante con Polígono Norte). Embarazada de más de 7 meses en el momento de la aplicación del cuestionario. Convive con madre (separada) y dos hermanos. No le gusta su barrio: acusa la cercanía con Polígono Norte, se queja de tener tan cerca la calle Hermano Pablo y afirma que quiere vivir fuera de Sevilla. Éste es un caso marcado por las precoces relaciones sexuales sin que medie ninguna clase de método anticonceptivo ni exista todavía una madurez en la mujer para afrontar la maternidad y vivir libremente la sexualidad. Se trata de una de las mayores barreras que encuentran muchas chicas adolescentes de las barriadas pertenecientes a las ZNTS[6] de Sevilla para conseguir un empleo, continuar su educación o iniciar una formación prelaboral. No vemos en esta red núcleos de alta densidad, sino más bien nodos dispersos, dos vecinas y algunas amigas en su barrio con las que no parece tener mucha confianza, si atendemos al tamaño de los nodos. Durante el cuestionario comentó que, desde que se quedó embarazada, se había distanciado de las amigas.
Aparece al completo el curso de Pastelería del Taller Prelaboral, compañeras/os que han diversificado su débil red anterior y que asoman en un islote sólo conectado al resto de la red por el hecho de que Eli y Juan Francisco se conozcan. La metáfora del “príncipe azul” no sólo cobra sentido por el color (casual), sino sobre todo por la rotunda presencia del nodo, que indica con qué fuerza irrumpe Juan Francisco en la vida de la chica: la deja embarazada a los dos meses de conocerla e inmediatamente la incluye en su familia -todos esos nodos azules-, personas que tenían mucha importancia para ella cuando contestaba a las preguntas generadoras de nombres; madre, abuelas y primas o hermanas del príncipe azul. Imaginemos cuán limitada debía de ser la red de Ego 3 tan sólo unos meses antes (antes del novio, del embarazo y del curso). El tamaño de los nodos indica que cuenta con considerable apoyo de su madre (Julia) y de su suegra (Dolores), la cual, aunque aparece en un grado menor, era percibida en ese momento por esta chica como una persona más importante que su madre en el apoyo ante al embarazo (un embarazo que había disgustado a Julia y la mantenía distante). Aparecen otros familiares que son tíos o primos, y uno de sus hermanos, pero no su padre. Cuando hicimos la primera entrevista, aunque el embarazo estaba ya bastante avanzado, la joven mostraba muchas ganas de trabajar. Al principio nos pareció extraño que no se cumpliera en su caso la norma de ser abandonada por el hombre cuando avanza el embarazo, pero había una posible explicación: él no era un chico de Polígono Norte ni de ningún otro barrio parecido, sino de un pueblo de Sevilla (lo que “tiñe” su red de azul). Esta chica, según el monitor de pastelería, era una alumna puntual y sin faltas de asistencia a pesar del embarazo, pero cuando volvimos para hacer la visualización ya había dado a luz y por tanto se había retirado del curso, por lo que no pudimos comentar con ella el gráfico de su red personal. No podemos saber cómo será el futuro de Ego 3 a medio plazo, pero de momento su embarazo ha truncado la posibilidad de iniciar el oficio de pastelera que tanto deseaba y le ha cerrado las puertas al mercado de trabajo. Por la coordinadora de los Talleres Prelaborales hemos podido saber que Ego 3, un año después de haber dado a luz a su niña, continúa viviendo con su madre, está desempleada y los fines de semana va a visitar a su novio al pueblo.
Figura 3. Ego 4- El miedo a “salir”.
BARRIO: rojo, barrio propio / verde, barrio de zona / amarillo, resto de Sevilla / azul, otro municipio.
RELACIÓN: círculo, amigos/as / triángulo, familia / rombo, conocidos/as / cuadrado, vecinos/as.
MULTIPLICIDAD: en una escala de 0 a 4, distintos tamaños en los nodos.
Ego 4. 18 años. Vecina de La Corza, barriada por la que siente mucho apego y de la que apenas sale. Convive con la madre (separada), la hermana y 2 sobrinos.
Al contrario que muchas de sus compañeras, esta chica vive “atrincherada” en su barrio. “Me gusta mucho mi barrio. Yo nunca salgo de La Corza porque me da miedo”. En el entorno del barrio se siente segura, mientras que percibe con desconfianza y aprensión el resto de la ciudad, ese territorio apenas conocido que se extiende más allá de La Corza (de ahí la abundancia de nodos rojos). Los nodos amarillos representan a dos familiares que la apoyan y a un trabajador social al que considera su amigo. En esta ocasión aparece el entorno institucional de los servicios sociales como proveedor de apoyo y confianza a una persona que se siente desprotegida. Las relaciones que vive en su entorno familiar son conflictivas y violentas (recibe malos tratos de su madre, enferma y alcohólica). Su red es muy heterogénea en cuanto a edades de los alteri, que oscilan entre 1 y 81 años, siendo muy pocos de su edad: no existe un grupo de iguales con los que se establezcan relaciones de amistad y se comparta el ocio. Su amiga Ana Belén es la excepción, así como sus compañeras y compañeros de curso. Nombra en sus relaciones de confianza a niños y niñas de 1, 2 y 6 años, y es la única que incluye al monitor de Pastelería en su red afirmando que él “la ha ayudado mucho”. Una vecina de 44 años, Rosa, presta el máximo apoyo a todos los niveles. Mercedes, otra vecina de 42, le presta ayuda material. También la apoyan primos, primas y una abuela. Los conflictos con la madre –que no aparece en la red- son violentos, destructivos, y provocan en ella profundos sentimientos de indefensión. Esta ego-red esconde historias de sufrimiento y malos tratos en el hogar, pero también descubre la generosa solidaridad entre vecinas que muchas veces alienta la vida en las barriadas pobres de las ciudades, y hace más llevaderas las vulnerabilidades que afloran en los espacios fluctuantes entre la marginalidad del sistema y la pura exclusión social. Esta chica tiene problemas verdaderamente graves que no corresponde analizar aquí. Ha tenido que ir limando su agresividad (y su forma de hablar “a gritos”) a lo largo del curso, y olvidar la forma de relacionarse que hay en su casa para tratar con sus nuevas compañeras y compañeros. Ego 4, ofrece ciertos signos de retraso psicológico en su desarrollo, quizá motivados por el antagonismo que ha presidido la díada madre-hija y su socialización primaria. En la actualidad, Ego 4 sigue viviendo con su madre y trabaja en una casa como limpiadora.
4.2 Casos de chicos. El barrio como horizonte
Figura 4. Ego 9- “¿Tienes algo que ver con la policía?”
BARRIO: rojo, barrio propio / verde, barrio de zona / amarillo, resto de Sevilla / azul, otro municipio.
RELACIÓN: círculo, amigos/as / triángulo, familia / rombo, conocidos/as / cuadrado, vecinos/as.
MULTIPLICIDAD: en una escala de 0 a 4, distintos tamaños en los nodos.
Ego 9. 17 años. Vecino de San Jerónimo, barrio por el que siente apego, aunque declara que le gustaría vivir en Polígono Sur (el barrio que sufre mayor estigma en Sevilla), de donde proceden los nodos amarillos de su red. Vive con su madre (divorciada) y una hermana. El caso de Ego 9 es un ejemplo de “inserción en redes marginadas”, situaciones en las que “el sujeto se encuentra inserto en redes sociales marginadas que giran alrededor ya sea del consumo de substancias ilícitas, de la microcriminalidad o de empleos ilegales” (Bonet i Martí, 2006). No buscábamos información sobre su posible criminalidad pero, al preguntarle sobre sus relaciones, empezó a sospechar que tuviésemos algo que ver con la policía, y se negó a continuar hasta convencerse de que esta investigación no era con fines policiales. Durante el cuestionario se refiere varias veces a la película “Siete vírgenes” (2004)[7], con la que parece identificarse. El gráfico nos muestra una densa subred cuyos componentes son nombrados por ego con apodos o motes como “Novita”, “Mono”, “Llantas” y “Bola”. Cita a su madre (Francisca) como proveedora de apoyo y, aparte de ésta y de su abuela Manuela, no aparecen más familiares en su red. Se trata de una red muy homogénea en cuanto a edades de los alteri, y en su composición se adivina un mundo cerrado de pandillas de varones adolescentes muy apegados a sus barrios, con pocas expectativas por conocer otros mundos y escasa conciencia crítica; chicos que proyectan su futuro a diez años vista dentro de esos mismos entornos, rebeldes frente a la norma pero apáticos ante los posibles cambios que ellos podrían provocar para mejorar su calidad de vida. En este caso, además, esa apatía conduce a un desaprovechamiento del recurso formativo que podría haberle abierto puertas relacionales: no olvidemos que la diversificación de redes y la exposición a nuevos roles que propician los Talleres contribuyen al desarrollo personal (Bronfenbrenner, 1986) y pueden servir de futuros puentes para el empleo. No menciona a los compañeros del módulo de Pintura en su red. Fue imposible hacer la visualización con este joven debido a que, mientras estábamos elaborando los gráficos, hubo de ser expulsado del Taller Prelaboral por no seguir las normas: consumía droga, era impuntual y acumulaba suficientes faltas sin justificar. No ha sido posible localizarlo para saber a qué se dedica.
Figura 5. Ego 10- Red “masculina”
BARRIO: rojo, barrio propio / verde, barrio de zona / amarillo, resto de Sevilla / azul, otro municipio.
RELACIÓN: círculo, amigos/as / triángulo, familia / rombo, conocidos/as / cuadrado, vecinos/as.
MULTIPLICIDAD: en una escala de 0 a 4, distintos tamaños en los nodos.
Ego 10. 19 años. Vecino de Polígono Norte. Vive con padre, madre y 2 hermanas. No menciona a la familia en su red. Aparece de nuevo una subred densa formada por su grupo de iguales, todos de su barrio, de edades comprendidas entre 16 y 24 años y entre los que no aparece ninguna chica (no hay un solo nombre femenino en la red), que prestan apoyo en diversos grados. La homogeneidad de esta red egocéntrica es aplastante y significativa y, como la anterior, vuelve a remitirnos a un mundo muy cerrado en sí mismo y con poca diversidad de roles.
En la parte izquierda del gráfico, no ajenos del todo a ese núcleo fuerte, aparecen los compañeros del taller de Pintura, que ha conseguido, al menos, poner en contacto a Ego 10 con personas pertenecientes a otros barrios de Sevilla. Sin embargo, los colores amarilllos de los nodos son equívocos (algunos deberían ser verdes) y obedecen a su propia percepción espacial: es muy posible que, para Ego 10, todo lo que esté un poco más allá de Villegas (barrio que linda con Polígono Norte) no sea ya “de la zona” sino de un inabarcable “resto de Sevilla”. Esto ha ocurrido en varios casos, tanto de chicos como de chicas, al referirse a algunos de los compañeros o compañeras de módulo, pero hemos preferido no corregirlos porque no alteraba la composición principal de la red y además, no deja de ser un reflejo de su propia percepción del espacio urbano. Si bien es cierto que hablar de proyección de futuro con este grupo de adolescentes es siempre cuestión muy relativa, pues tanto por edad como por el modelo que tienen en sus padres y madres viven instalados en la inmediatez del presente[8], resaltamos el hecho de que muchos contesten, con tanta convicción, a la pregunta “¿En qué lugar te gustaría vivir los próximos 10 años?”: “En mi barrio”. Incluso cuando su barrio es un gueto urbano como Polígono Norte. Repetimos que esto no se ha dado en las chicas de la muestra con tanta rotundidad. Ego 10, al igual que otros chicos, es consciente de la estigmatización de su barriada, por eso utiliza expresiones como “yo es que he nacido allí, ¿sabes?, y estoy acostumbrado”, con cierta actitud defensiva, pero dejando claro después que no reniega del entorno, sino que se integra y se siente protegido por él. Ego 10 no confiaba en los contactos personales para conseguir empleo. Un año más tarde, tampoco se le ha podido localizar para preguntarle a qué se dedica. Este mapa de nodos rojos es toda una declaración de apego fuerte al entorno del barrio por encima de la familia y de otros posibles entornos por conocer, y puede verse como una prueba de atrincheramiento ante lo desconocido, asumiendo con naturalidad el estigma frente al inquietante “más allá” de los barrios “normales”. Conocemos Polígono Norte, hemos caminado por sus calles y hemos visto los grupos de hombres jóvenes dedicados a fumar, comprando y vendiendo hachís junto a sus motos y sus coches tuneados a todas horas, por eso entendemos este mapa como un negativo de esas imágenes cotidianas, la muestra de una particular manera masculina de entender y ocupar la calle, y tal vez un verso de SFDK, grupo sevillano de hip hop que “llora” por su barrio.
Figura 6. Ego 13- Sánchez, lazo débil
BARRIO: rojo, barrio propio / verde, barrio de zona / amarillo, resto de Sevilla / azul, otro municipio.
RELACIÓN: círculo, amigos/as / triángulo, familia / rombo, conocidos/as / cuadrado, vecinos/as.
MULTIPLICIDAD: en una escala de 0 a 4, distintos tamaños en los nodos.
Ego 13. 17 años. Vecino de San Diego. Convive con madre, padre, 4 hermanos y 1 hermana. Le gusta mucho su barrio, y proyecta su futuro sin salir de él. Tiene una red familiar de hermanos/a y primos/as por la que se siente protegido y apoyado. De nuevo un gráfico cuya composición expresa con claridad ese apego al entorno inmediato, aunque en este caso la familia cobra un peso singular como proveedora de apoyo. Durante la visualización contó que el mayor apoyo para el empleo lo obtenía de su hermano David y de su hermana Vanesa, mientras que de los padres percibe que tiene menos ayuda (no los menciona en la red).
En cuanto a los amigos y amigas, ninguno trabaja, y la mayoría tampoco estudia. Se informó de los Talleres Prelaborales gracias a Sánchez, que como vemos es un lazo débil que sirve de puente. Iván y Eduardo son los dos únicos compañeros de curso mencionados, y aparecen aislados del resto de la red.
Ego 13 tiene muchas ganas de trabajar como pintor, valora la parte práctica del curso y afirma que ya se ve preparado para hacer una entrevista de trabajo, habilidad de la que no disponía antes de entrar. Dice que del empleo espera “soltarse y coger rapidez”, sin querer explicar más. Nos parece un chico motivado para el empleo en mayor medida que muchos de sus compañeros.
Este chico pasó del Taller Prelaboral a la Escuela- Taller de Miraflores, aunque abandonó antes de terminar. Actualmente trabaja en una empresa de la construcción.
5. Conclusiones y sugerencias
La visualización ha revelado su utilidad para profundizar en el análisis de los gráficos mediante entrevistas cualitativas, y nos ha permitido llegar “más allá de la dimensión estructural” (Bonet i Martí) al informarnos de los aspectos contextuales y funcionales, y dar protagonismo a la percepción que los y las jóvenes tienen de sus ego-redes. A la hora de presentar la información obtenida, hemos establecido comparaciones teniendo en cuenta la perspectiva de género debido a que, como esperábamos, las diferencias según el sexo de ego son significativas.
5.1 Reacciones y actitudes ante el cuestionario y los gráficos de redes
Las preguntas generadoras de nombres del cuestionario inicial, así como la pregunta “quién conoce a quién y en qué grado se conocen –mucho, poco o nada-”, que nos sirvió para elaborar la matriz simétrica de 25 alteri, han causado reacciones de sorpresa, haciendo participar activamente incluso a quienes suelen mostrarse más desinteresados y apáticos, como pudimos contrastar con el personal docente de los Talleres. Además de generar nombres, estas preguntas han generado “confesiones”, en principio no buscadas para los fines de esta investigación, que van desde anécdotas sobre comportamientos y actitudes de los “colegas” del barrio hasta información puntual de situaciones de violencia en el entorno familiar. En ese sentido, las chicas son más proclives a las confidencias, verbalizan con mucha más facilidad que los chicos detalles a veces bastante íntimos y/o conflictivos de sus relaciones, aportando gran cantidad de información sobre la naturaleza de los diversos vínculos. Sin embargo los varones, tras vencer actitudes de recelo o desconfianza sobre los fines de la investigación, se muestran colaboradores pero ofrecen narraciones más escuetas y centradas en lo superficial, en lo anecdótico. Además, a ellos se les hacía más difícil concentrarse en completar la matriz, y solían tardar más tiempo, lo que llevó a afirmar a Ego 11, como portavoz involuntario del módulo de Pintura casi al completo: “Esta entrevista es un desgaste mental”.
La visualización posterior de los gráficos de redes personales causa impacto y propicia un tipo de entrevista desde la confianza, abierta, semiestructurada, donde las chicas siguen desvelando mucha información sobre sus formas de vida y valoran sobre todo las habilidades sociales adquiridas en el curso, mientras que los chicos suelen destacar los aspectos referentes a la profesionalización, los conocimientos adquiridos para el desempeño y el trato con los “colegas”. En ambos sexos se fomentan la reflexión y la sinceridad al abordar el tema de sus lazos personales, como punto de partida para tratar otros como el sentido de la comunidad o las expectativas ante el empleo y poder tomar el pulso, desde dentro, a la vida de los barrios. Insistimos en el factor sorpresa de los gráficos como activador de reacciones que rompen en algunos casos la apatía habitual.
Al comentar con el equipo técnico de los Talleres, en reuniones informales a lo largo del trabajo, la información que íbamos obteniendo de cada persona, descubrimos que habíamos adquirido conocimientos sobre aspectos relacionales de los que carecía el personal docente varios meses después de haber comenzado el curso. Esto resultó sorprendente para las y los profesionales, quienes estimaban haber alcanzado confianza suficiente como para saber, por ejemplo, ciertos detalles familiares que permitían comprender determinados comportamientos (y que sólo ahora salían a la luz, como consecuencia de la visualización de los gráficos).
Podemos afirmar que esta metodología ha reforzado aspectos cognitivos, jugando un papel activo en el desarrollo personal de las personas participantes, y por tanto ha potenciado los procesos de transición en que están inmersas.
5.2 Territorialización: la vida entre dos barrios
Hemos visto que en ambos sexos abundan los gráficos básicamente bicolores, con predominio del rojo (barrio propio) en los chicos y del verde (barrio de zona) en las chicas, lo que indica la tendencia a elegir sus lazos fuertes, sobre todo relaciones de amistad, en barriadas que pertenecen al norte de Sevilla, donde suelen pasar su tiempo libre, si bien también aparece Polígono Sur (tal vez la zona más estigmatizada – la de peor fama- en la ciudad de Sevilla) como un territorio frecuentado y a veces anhelado como lugar de residencia, tanto en chicos como en chicas que tienen novios de allí.
Al realizar las entrevistas en profundidad todos utilizaban expresiones de cierta resignación al hablar de sus barriadas, asumiendo la estigmatización de zonas como Polígono Norte, aunque se detectan actitudes más críticas, de identificación negativa respecto de los propios barrios, en las chicas que en los chicos. Así, mientras los muchachos construyen sus lazos fuertes con amigos de sus barriadas y suelen pasar allí la mayor parte de su tiempo libre, las chicas buscan fuera esos espacios de ocio y tejen el “núcleo duro” de sus relaciones en barrios de alrededor. Esta conclusión que arroja la composición de la red queda reforzada, además, con la parte del cuestionario que explora el “Sentido de la comunidad”, y nos aporta información sobre la proyección de futuro. En este sentido, ellos se ven dentro de su barrio en un futuro, sin embargo las niñas prefieren barrios de la zona o barrios del resto de Sevilla como lugares para vivir en el plazo de unos años, aunque en algunas se observa también, de manera muy acusada, la tendencia de apego al barrio, oscilando los casos de las féminas entre este apego declarado con el rechazo total al sitio donde han vivido desde que nacieron.
Esta cortedad de horizontes espaciales lleva implícita la existencia de una socialización con escasa diversidad de roles, en entornos de la ciudad con “mala fama”, estigmatizados ante el resto, lo que se suma al abandono de la educación reglada y a la debilidad de la educación recibida en el entorno familiar y comienza a delimitar los bordes de la exclusión.
5.3 Grupos de iguales y otras “familias”
Parece lógico que las redes personales de cualquier adolescente reflejen el protagonismo de los grupos de iguales en su composición, y así es como se ha manifestado también en estos 16 casos salvo excepciones, aunque con características propias de la vulnerabilidad relacional. Una red social reducida indica un debilitamiento de las redes sociales. Consideramos que muchas de las redes tienen esta característica, y aún más la tenían antes de comenzar el curso en los Talleres Prelaborales. Prueba de ello es la dificultad que han tenido que vencer muchos chicas y chicos para encontrar 25 alteri de su red egocéntrica, para lo que ha sido necesario que recurran a los compañeros y compañeras del módulo, quienes suelen aparecer formando un grupo de lazos débiles aislado de las subredes más densas de los grupos de iguales.
Por otra parte, la inserción en redes marginadas viene dada, como indica Bonet, por subredes homogéneas con baja integración comunitaria, que hemos encontrado en algunos chicos, cuyos gráficos reflejan la existencia de subredes de alta densidad ancladas a la barriada y proveedoras de apoyo: lazos fuertes que no son percibidos como posibles puentes para el empleo.
La composición de los lazos fuertes, nodos que prestan el máximo apoyo, adquiere en las chicas dos tendencias singulares:
- Por un lado, destaca la alta centralidad de los novios, quienes asumen papeles protagónicos, siendo percibidos como principales proveedores de apoyo, que conocen al resto de la red.
- Por otro lado, y como complemento de lo anterior, es significativo el peso que adquieren las familias de los novios por encima de las propias, configurando redes de apoyo social bien delimitadas. Este hecho puede verse como una prueba del escaso apoyo familiar que las jóvenes perciben en sus entornos inmediatos. Volvemos a los sentimientos de soledad que aparecían en nuestro estudio anterior, la necesidad de cariño y apoyo que afloraba en las mujeres jóvenes y no tan jóvenes, y en definitiva, la debilidad de las redes familiares, reforzada por el control que los hombres de la familia ejercen sobre ellas dificultando el acceso a los recursos de formación y empleo. Se trata de un factor de riesgo que trae consecuencias como la de los embarazos en adolescentes, el autoconcepto negativo en la mujer y la desigualdad en el acceso a los recursos de empleo y formación. Es mediante los novios, las familias de los novios y el grupo de iguales, como las chicas intentan reforzarse contra esa debilidad y escapar de sus entornos, creando nuevos vínculos sentimentales y de amistad más allá de la frontera que delimita el espacio donde se encuentra la familia (y esas calles de las que algunas sienten la necesidad de huir): al otro lado del territorio fronterizo que separa a sus propios barrios del resto de una ciudad que les gustaría vivir desde otra perspectiva más amable.
Metodológicamente, esta tendencia nos sugiere la posibilidad de introducir en investigaciones con población de estas características una categorización específica para los novios y sus familias en la variable atributiva “relación”.
Sin embargo en las redes egocéntricas de los muchachos no encontramos la tendencia mencionada. Ninguno de ellos ha hablado de sus novias al realizar el cuestionario, y si alguna ha salido a relucir ha sido porque, al elaborar los gráficos encontrábamos un nombre femenino marcado como “amiga” cuya situación nos sugería que fuesen novias, y durante la visualización lo preguntábamos. Sin embargo no hay mujeres que ocupen los lugares centrales en las redes masculinas, estando copados éstos por amigos del grupo de iguales. Son redes más homogéneas en cuanto a sexo de los alteri –abundancia de hombres-, y también se refleja la debilidad de las familias como fuentes de apoyo.
Hemos elaborado el siguiente cuadro, donde se refleja la composición de las redes desde una perspectiva de género.
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Chicas |
Chicos |
Barrio |
· Gráficos bicolores (verdes). · Conciencia crítica respecto al barrio propio. Casos de rechazo y de apego. · Lazos fuertes en barrios de zona. |
· Gráficos bicolores (rojos). · Apego al barrio propio. · Lazos fuertes en barrio propio. |
Relación |
· Centralidad de los novios y sus familias. |
· Centralidad del grupo de iguales. |
Multiplicidad |
· Débil apoyo familiar. · Apoyo fuerte del grupo de iguales y de los novios. |
· Débil apoyo familiar. · Apoyo fuerte del grupo de iguales. Novias en lugares secundarios. |
Tabla 1. Composición de la red
5.4 Evaluación de los Talleres Prelaborales
El recurso de formación y empleo de Talleres Prelaborales se ha revelado eficaz para dotar a este grupo de jóvenes de un conjunto de habilidades sociales y profesionales, imprescindibles para situarse a la entrada del mercado de trabajo en unas mínimas condiciones de igualdad respecto a otros colectivos más favorecidos y mejor situados por origen social y nivel educativo.
5.4.1 La importancia de las redes personales en el acceso a los cursos.
Ego 7- “Hay mucha gente que está en la calle y no hace nada. Mucha”
Amigas y amigos se informan entre sí de la existencia de los Talleres, lo cual favorece el acceso de las personas usuarias a este recurso. Parece más efectivo este método que el de los carteles informativos, aunque se da también el caso de madres que traen a sus hijos e hijas gracias a esta información recogida en la calle.
Sería interesante indagar en el papel de las familias (más específicamente, de los varones de la familia) en el control de relaciones y cómo en muchos casos impiden a las chicas que disfruten de esta opción formativa, dándose el caso de chicas que, aunque lo desean, no acceden a los Talleres Prelaborales debido a la prohibición de sus padres, quienes no quieren que crucen solas el Parque Miraflores.[9] Hemos tenido constancia de estos hechos por conversaciones informales con el personal docente, por referencias de algunas de las alumnas entrevistadas y por la entrevista en profundidad hecha a la coordinadora.
No nos consta que en el caso de los muchachos suceda algo parecido.
Algunos/as han llegado aquí orientados por dispositivos de Empleo como el Surge- Andalucía Orienta Polígono Norte, gestionado por AESIM.
Debido a la elevada y visible presencia de jóvenes desocupados/as que gastan su tiempo en la calle, sería recomendable la intervención de educadores/as de calle en la zona norte de Sevilla, que servirían como puentes de acceso a este tipo de recursos (tal y como sucede en otras ZNTS de Sevilla más dotadas de recursos, como Polígono Sur).
5.4.2 Adquisición de habilidades sociales.
La valoración que hacen estos chicos y chicas de las habilidades adquiridas a lo largo del curso es positiva. Detrás de opiniones varias veces repetidas, como “ Aquí he aprendido a hablar”, se advierten las graves carencias que sufrían al acceder al recurso, y cómo el fracaso del sistema educativo y el desentendimiento de las familias en la educación han condicionado su desarrollo antes de entrar en el Taller Prelaboral. No hay diferencias de género apreciables en este punto: las carencias son comunes a ambos sexos.
Cuando dicen que “aprenden a hablar”, se refieren no sólo a saber expresarse, sino también a escuchar y a dialogar “sin gritos” (algo que especifican en repetidas ocasiones). Como consecuencia de ello y del cambio de imagen que experimentan, valoran el hecho de “ser capaces” ya (ahora sí) de hacer una entrevista de trabajo.
En algunos casos también se dan cambios de conducta valorados por ellos mismos.
5.4.3 Los oficios como horizonte laboral desde edades muy tempranas
Nuestros gráficos y las entrevistas asociadas a ellos nos dibujan un paisaje social de jóvenes que, habiendo abandonado la educación de manera prematura, intentan acceder pronto al empleo. Hemos preguntado a cada ego por los grupos de iguales que aparecen en las redes, muchos de los cuales están formados por personas desocupadas, que no realizan ningún tipo de itinerario formativo o de inserción laboral, pero también aparecen amigos y amigas que invierten parte de su tiempo en prepararse para el empleo o bien trabajan desde edades tempranas. Esto se aprecia incluso en adolescentes que provienen de familias desestructuradas y/o de familias cuyos miembros no trabajan (y en las que por tanto no existe el hábito del empleo).
5.4.4. Redes personales y acceso al empleo
Recordamos la conclusión de un estudio citado acerca de que “los contactos personales suelen ser un instrumento que genera trabajo en la realidad del mercado laboral sevillano. Siendo un recurso muy conocido y utilizado por los/as jóvenes.” (Sevilla Emplea, 2006) Se detecta en nuestras chicas y chicos cierta confianza en las redes personales como posibles puentes para acceder al empleo, si bien los puentes para el empleo que este grupo de jóvenes creen posibles se limitan al entorno inmediato: aquellos amigos y amigas que ya están trabajando y puedan transmitirles información sobre ofertas puntuales. Las respuestas al cuestionario revelan que confían más en sus redes y en la orientación laboral que encuentran en dispositivos de empleo como el “Surge- Andalucía Orienta Polígono Norte” (AESIM), que en organismos oficiales como el SAE[10].
5.4.5 Diversificación de relaciones y de roles
Hemos visto cómo estos talleres provocan cambios en redes personales reducidas que indicaban vulnerabilidad relacional, aportando a dichas redes nuevos vínculos débiles, lo que trae consigo una diversificación de relaciones y, por tanto, una mayor heterogeneidad de la red, que favorece la integración comunitaria y el acceso al empleo (Granovetter, 1973).
A su vez, se cumple la exigencia de la diversificación de roles como motor del desarrollo personal (Brofenbrenner, 1987). Al someterse a prácticas que reproducen situaciones reales de trabajo en las empresas, los alumnos y alumnas se ven expuestos a nuevos roles que valoran como positivos y necesarios para la adquisición de habilidades.
5.4.6. Motivación para el empleo y la formación
El trabajo se despoja de su consideración social y es percibido sobre todo como forma de conseguir dinero, como decía Ego 1, “para las fiestas” o, según afirman los chicos, para comprarse un coche, una moto, etc… Esto concuerda con los resultados del estudio de Sevilla Emplea (2006), donde se demuestra que también las y los jóvenes de niveles educativos más altos manifiestan gran indiferencia con respecto a dicha consideración social y valoran antes los aspectos materiales. No parece que sea, por tanto, algo exclusivo de jóvenes en riesgo de exclusión.
Pero a veces se da la circunstancia de que a lo largo del curso aparecen otras motivaciones que se alejan de la pura expectativa material de conseguir dinero. Hemos descubierto que el sentirse inmersos/as en un itinerario formativo lleva a algunas de las chicas que han colaborado en esta investigación a plantearse sacar el título de la ESO, al que en su momento renunciaron.
Ninguno de estos chicos y chicas contempla el uso de nuevas tecnologías como forma de buscar un empleo, dato que concuerda con la conclusión de que éstas son “un recurso utilizado por personas con mayor nivel formativo” (Sevilla Emplea, 2006).
En ambos sexos se muestra disponibilidad para trabajar tanto fuera como dentro de su barrio (a pesar del rechazo que pueda aparecer en las chicas hacia sus barriadas).
5.4.7 Estereotipos de género en la elección de los módulos.
Es una realidad con la que ya habíamos tomado contacto cuando nos acercamos a conocer la Escuela- Taller de Miraflores (Izquierdo, 2006) y que, ahora que hemos mirado de cerca esta puerta al primer empleo que son los Talleres Prelaborales, volvemos a percibir con la misma contundencia. La segregación sexista que va a llevar a cabo el empresariado dejando de lado las demandas de acceso de las chicas a trabajos tradicionalmente masculinos (a pesar de que estén tan preparadas para desempeñar el oficio como sus compañeros, o más), enfría a priori sus expectativas de aspirar a realizar ese tipo de oficios, pero no es el único factor determinante. El problema empieza en la actitud de las mismas chicas, a las que todavía les falta un largo camino para sentirse atraídas por esas profesiones. La misma composición de los grupos nos da la medida de este cierre de las féminas ante la mayor parte de oficios que se ofrecen en este tipo de Programas: ninguna chica en Pintura y Fontanería y sin embargo todo el grupo de Pastelería formado por mujeres (excepto dos varones).
Ego 2- Sí, vamos, yo no estoy en contra de eso. Una mujer que sepa arreglar un grifo pues vamos, muy bien por ella, pero yo no me veo arreglando un grifo. Ni me lo planteo, vamos, es que ni me lo pienso.
Este tipo de declaraciones refuerzan la necesidad de seguir desmontando estereotipos de género que están muy interiorizados y trabajando este tema con las chicas como contenido transversal de las clases que reciben durante el curso.
Asimismo coincidimos en la necesidad de recomendar “el diseño de herramientas de diagnóstico territorial que incluyan la dimensión relacional” (Bonet, 2006), la cual debe quedar incorporada explícitamente en los programas que intenten conseguir la inserción laboral de los y las jóvenes en riesgo de exclusión.
En este sentido consideramos que el ARS, tanto en su dimensión sociocéntrica como egocéntrica, puede ser extremamente útil en el diseño y evaluación de programas, y/o como técnica integrada en metodologías dirigidas a fomentar el empoderamiento, como la Investigación-Acción-Participativa, debido a su potencialidad descriptiva y explicativa de los fenómenos de exclusión, además de facilitar pautas de intervención que rompen con una concepción orientada al caso individual.
Gracias a las alumnas y alumnos de los Talleres Prelaborales de la zona Norte de Sevilla por su generosidad para colaborar en esta investigación, y por habernos enseñado cómo se puede hacer frente al riesgo de exclusión social con unas pocas pero poderosas armas: la curiosidad, las ganas de aprender y la hermosa vitalidad de la adolescencia.
Bibliografía
Araya, R. & Maya Jariego, I. (2005). “Los puentes interlocales: las redes personales de los universitarios alcalareños en Sevilla”. En Porras, J. I. & Espinoza, V. (Eds.). Redes. Enfoques y aplicaciones del análisis de redes sociales, pp. 183-213. Universidad Santiago de Chile y Universidad Bolivariana. Santiago de Chile, Chile.
Borgatti, S.P., Everett, M.G. y Freeman, L. C. (2002). Ucinet for Windows: Software for Social Network Analysis. Harvard: Analytic Technologies.
Bronfenbrenner, U. (1987). La ecología del desarrollo humano. Paidós. Barcelona
Bonet y Martí, J. (2006) “La vulnerabilidad relacional: análisis del fenómeno y pautas de intervención”. REDES Revista hispana para el análisis de redes sociales, 11 (4). Consulta 29-10-2009 en<http://revista-redes.rediris.es>.
Gamella, J.F. (2000). Mujeres gitanas. Matrimonio y género en la cultura gitana de Andalucía. Consejería de Asuntos Sociales. Junta de Andalucía. Sevilla.
Granovetter, M. (1973). The strenght of weak ties. American Journal of Sociology, vol 78 nº6.
Izquierdo Chaparro, R. (2006). Las Mujeres de la Zona Norte: Exclusión Social y Genero en el Norte de Sevilla. (AESIM), Observatorio de la Calidad del Empleo, Delegación de Empleo, Ayuntamiento de Sevilla.
Maya Jariego, I., Armitage,N., Munduate, L. (2007). Los puentes hacia el empleo: las transiciones personales de los jóvenes en Sevilla. Delegación de Juventud. Ayuntamiento de Sevilla.
Maya Jariego, I., García Ramírez, M., Santolaya Soriano, F. (2007). Estrategias de intervención psicosocial. Ediciones Pirámide. Madrid.
Maya Jariego, I., Holgado, D. (2005). “Lazos fuertes y proveedores múltiples de apoyo: comparación de dos formas de representación gráfica de las redes personales”. EMPIRIA. Revista de metodología de Ciencias Sociales. UNED.
Molina, J. L. (2001) El análisis de redes sociales. Una introducción. Bellaterra. Barcelona.
Requena, F. (1991) Redes sociales y mercado de trabajo. CIS/ Siglo XXI. Madrid.
Sevilla Emplea (2006). Jóvenes: acceso al mercado de trabajo y mantenimiento del empleo. La visión de Sevilla Emplea. Observatorio de la Calidad del Empleo, Delegación de Empleo, Ayuntamiento de Sevilla.
Valenciano, D. (2006) “Educación no formal y empleo: la experiencia de Talleres Prelaborales del Ayuntamiento de Sevilla”. Revista de Estudios de Juventud nº 74
Anexo
Chicas
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Chicos
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[1] Socióloga. Trabajadora autónoma. Colaboradora con el Servicio de Desarrollo Local de la Delegación de Economía y Empleo del Ayuntamiento de Sevilla.
E-mail: charoic@yahoo.es
[2] “Asociación de Estudios Sociales para la Igualdad de la Mujer”: organización sin ánimo de lucro que trabaja en la zona norte de Sevilla mediante un dispositivo de Formación y Empleo.
[3] Teoría de la que se parte para el diseño de este tipo de recursos adaptados a población en riesgo de exclusión.
[4] Tomamos como base la “Encuesta a universitarios de Alcalá de Guadaira” elaborada por Araya y Maya Jariego (2005).
[5] Borgatti et al. (2002)
[6] Zonas con Necesidades de Transformación Social (definición de la Junta de Andalucía).
[7] Largometraje del realizador Alberto Rodríguez, que gira en torno a la vida de chicos de barrios marginales de Sevilla dedicados a delitos de robo y menudeo de droga.
[8] En la citada investigación de AESIM resaltaba como característica en hombres y mujeres en riesgo de exclusión esa inmediatez, que condicionaba la manera de situarse ante la formación, el empleo y la propia economía familiar.
[9] Parque forestal que linda con el Polígono Industrial Store, donde se ubican los Talleres Prelaborales de la zona norte.
[10] Servicio Andaluz de Empleo.