Contraportada del libro
"En antropología se hace necesario anclar los análisis en trabajos etnográficos que
den cuenta de los cambios actuales en la relación que una sociedad determinada
mantiene con su medio. A esta escala es posible entender las relaciones entre
percepciones, prácticas y representaciones ecológicas, al mismo tiempo que se
puede clarificar la adopción, adaptación o rechazo de las dinámicas globales en las
prácticas cotidianas. A esta escala etnográfica es donde mejor se puede ver cómo
el entorno ecológico, o el paisaje en su sentido amplio -tal y como se utiliza en el
mundo anglosajón-, proporciona un contexto para la vida humana, incorpora una
relación entre la realidad que se vive y la posibilidad de otras formas de ser, y se
adapta a las condiciones en las que se desarrolla el día a día y a las condiciones
metafísicas, imaginadas o idealizadas (Hirsch, 1995). Y a la escala de lo cotidiano,
nos será fácil identificar el rol y la influencia de los agentes mediadores entre el
ámbito local, nacional o internacional. Estas mediaciones culturales, políticas que
marcan la percepción de los lugares y su articulación en un espacio idealizado, la
importación de ideas estetizantes y las demandas políticas sobre el territorio, no
deben ser obviadas a la hora de analizar la construcción del paisaje, el territorio y
el espacio en la América Latina de hoy".
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